Una de las sorpresas que, a veces, nos llevamos en la Dirección de Recursos Humanos, se produce cuando algún miembro del equipo deja la empresa, bien por voluntad propia o bien por un despido, y nos encontramos que recibimos el móvil y el ordenador que utilizaban, sin datos, prácticamente formateados.
A veces, el empresario, opta por no hacer nada, pero eso no deja de ser una situación molesta y absurda.
En otros casos, ponemos en marcha al departamento legal, porque:
- Tanto el móvil, como el ordenador, son propiedad de la empresa y no se pueden manipular de ninguna forma, debe estar prohibido expresamente y así debe ser trasladado al empleado, cuando se incorpora al puesto de trabajo.
- Cualquier dato que se registre, tanto en el móvil, como en el ordenador, es también propiedad de la empresa, ningún dato registrado en el momento del trabajo y fruto del trabajo es propiedad de ningún empleado. Los datos son fruto del trabajo que realiza el empleado en la empresa y por el que se le paga.
- Cualquier información tiene un valor impagable, pues es parte de la relación de la empresa con clientes, proveedores, colaboradores, etc. que ha ido tratando el empleado que deja el puesto de trabajo. Si se produce el borrado, como consecuencia, se produce la pérdida de ese valor.
Como resumen, cualquier información en los medios de la empresa, no es del empleado, es propiedad de la empresa y tiene un gran valor. Es por eso que aconsejo habitualmente emprender causa contra el empleado, por daños y perjuicios a la empresa.
Por otro lado, simplemente, debemos dejar una pregunta en el aire: ¿Por qué borrar los datos? ¿Con qué sentido se hace? Si le pedimos al empleado respuestas, veremos que lo único que encontramos es una actuación “dolosa”, contra la empresa, pues no existe otra explicación. Es posible que se nos quisiera ocultar algo, o bien, es posible que simplemente se quisiera hacer daño.
¿Usted se ha encontrado, en alguna ocasión en una situación similar?
¿Qué opinión le merece que haya empleados o compañeros, que actúen así?
¿Es usted de los que piensan que los datos que hay en un ordenador portátil o en un teléfono de empresa, son suyos?