El momento de la incorporación del personal a la empresa
Sin duda alguna, el primer momento de “unión” entre el empleado y la empresa, es el momento de acogida y esta no se refiere únicamente a la entrega de documentación y la presentación del personal y al personal de la empresa. La acogida es algo más complejo y completo, más largo en el tiempo, y requiere de paciencia, observación y seguimiento.
Paciencia porque se incorpora a la organización una persona ajena a la misma, que no tiene por qué entender como normal, lo que habitualmente es normal en la organización, por más sentido común con el que esté hecho.
Así que durante unos días, las personas de la organización, han de armarse de paciencia, para poder explicar suficientemente bien los procedimientos más básicos al que se incorpora, desde cómo pedir un material para el trabajo, hasta cómo organizar el día.
Normalmente, si esta persona ha trabajado en otras empresas, puede traer otras “formas de hacer” aprendidas, por lo que hemos de explicar muy bien las que tenemos en la organización, además de escuchar la opinión de esta persona, porque entra dentro de lo posible, que pudiera conocer otras formas de hacer, cargadas de mayor eficacia y, por qué no vamos a adoptarlas y hacerlas nuestras, si evaluamos que merece la pena.
Observación, porque debemos estar pendiente de los movimientos del recién incorporado, para orientarlo lo mejor posible. Seguramente que hay muchas cosas que están escritas en tu empresa, pero también hay otras que, por sabidas, no están escritas en ningún lugar, pero forman parte de la política de la empresa.
A la persona que esté tutelando, durante los primeros días, el trabajo del incorporado, le corresponde la observación continuada, para orientar, corregir o, incluso, aprender de él o ella, si lo que trae es un “mejor hacer”.
Seguimiento del resultado real de su trabajo, porque si hemos de darle el visto bueno en unos días o semanas, hemos de tener un modo de medir lo que hace y con la calidad que lo hace. Sé que es un reto para muchas empresas, porque nunca se han enfrentado a conocer el trabajo individual de un empleado, de forma objetiva, pero en este caso es una excelente práctica para que cuando demos por cerrada la incorporación y consideremos que ya es uno de los nuestros, lo hagamos con datos reales de cómo trabaja, en cuanto a la calidad del resultado y cuánto trabaja, en cuanto a la cantidad de trabajo que es capaz de absorber.
Tomándonos en serio estos tres puntos, es seguro que nuestras decisiones en la incorporación de personal, serán mucho más exitosas. Porque podemos instruir, desde el principio, a nuestros empleados. Porque podemos corregir errores de base que pueda traer el nuevo empleado, fruto de sus trabajos anteriores. Porque podemos aprender otras formas de hacer las cosas, que pudieran ser mejor que las que nosotros hacemos. Porque podemos conocer cuánto y cómo trabaja.
Espero puedan seguir estos consejos fruto de la experiencia que esta Dirección de los Recursos Humanos, lleva poniendo en práctica ya muchos años. En definitiva el SALARIO EMOCIONAL, es muy importante para la empresa.