Vamos a hablar de referencias de candidatos, esos comentarios que nos llegan y que nunca sabemos cuánta verdad nos trae.
Este es un capítulo del que se habla poco, las referencias de candidatos. Después de décadas de experiencia en la gestión de las personas y sus relaciones en la empresa, quiero dejar claras mis impresiones sobre este punto y que espero sirvan para que ustedes puedan tener una nueva visión sobre este punto. Es posible que estén de acuerdo y es posible que no, pero es mi punto de vista.
CUAL ES MI POSICIÓN ANTE LAS REFERENCIAS
Primero les voy a resumir mi postura: “No me interesan las referencias”, ni las buenas, ni las malas, salvo que sean muy contundentes y con datos. Las opiniones no me valen ninguna, ni buenas ni malas, no aportan datos, aportan visión subjetiva de la relación con las personas.
Paso a dar explicaciones sobre mi postura y que, como ya he dicho, espero les sea útil a ustedes, lectores de este artículo.
Las referencias de candidatos buenas
Las referencias de candidatos buenas pueden ser fruto de un acuerdo de una salida “positiva” de un trabajador. En mi historia en la gestión de las personas he visto de todo, así que no me creo las cartas de recomendación, entre otras cosas, porque pueden ser parte de un paquete de acuerdo de salida de un empleado que estorbaba en la organización. Mi pregunta es ¿si tan bueno era por qué ya no está con ustedes?.
Las referencias de candidatos negativas
Las referencias negativas que supongan opinión no son nada interesantes, porque son fruto de una experiencia personal, por lo tanto, la explicación subjetiva de cómo se desarrolló una relación. Esto supone que esas condiciones que se dieron en aquel momento, no tienen por qué repetirse en una nueva situación. Generalmente, el que te transmite unas referencias negativas, por teléfono o en una conversación personal, no suele apoyarse en datos, sino en percepciones o vivencias que tuvo. Son muchas las situaciones en las que tenemos una persona cercana de la que su pareja, por lo que sea, “echa pestes”, mientras que nosotros pensamos que es una buena persona. Pues eso pasa también en las relaciones laborales.
La información que sí hay que tener en cuenta
Otra cosa, son aquellas “informaciones” que se suministran con seriedad y con la contundencia de los datos y que puedan valer para prevenir un desastre en una “empresa amiga”. Estas informaciones suelen estar fundamentadas en datos fehacientes, por ejemplo: “Estuvo con nosotros seis meses y sólo alcanzó el 20% de los objetivos de venta cuando todos sus compañeros los superaban”, o “No aportó ningún cliente nuevo, cuando era una necesidad para su cartera…”, o “Durante los meses que trabajó con nosotros generó tres conflictos importantes con clientes, lo que nos llevó a tomar decisiones desagradables”, o “Le hemos interpuesto una demanda penal porque fue fraudulento en su trabajo”, etc.
Esta información es clara y se basa en datos y es preventiva para aquel que nos ha pedido las referencias. Emitimos esta información porque no queremos que nuestro amigo, conocido o colaborador, produzca un desastre con la incorporación del candidato.
Un ejemplo de referencias de candidato
En cierta ocasión me llegó un candidato del que me advirtieron que no era de fiar, con alguna aportación que me llamó la atención sobremanera. No tuve dudas, directamente abordé este asunto con el candidato que me dio las explicaciones que él tenía sobre este asunto, bastante creíbles, ya que pude constatar lo que el candidato decía. Hoy puedo felicitarme, porque el candidato está contratado desde hace años en otro proyecto y es un ejemplo ante sus compañeros.
A menudo, me encuentro con situaciones en las que un mal comentario de alguien que conoció a un candidato en otro momento, supone que el empresario lo descarta antes de verlo, sin darle la oportunidad de “defender” su candidatura. Para mí es algo tremendamente injusto, no nos damos cuenta del daño que hacemos con comentarios banales y que terminan cortando las posibilidades de desarrollo profesional de las personas.
Es muy fácil terminar con la reputación de una persona a base de opiniones y conjeturas. Pensémoslo dos veces antes de dar unas referencias negativas y si las hemos recibido, reclamemos información al candidato, no lo descartemos por lo que dijo alguien que no tenía nada que perder con sus comentarios y sí mucho daño que hacer. Si nos han dicho que es un pésimo comercial, indaguemos, pidámosle explicaciones y hagámosle las pruebas necesarias.
No se deje influir por los comentarios de los demás, insisto en que los “ecosistemas” de las empresas son totalmente distintos y eso hace que el resultado de la relación laboral cambie en cada caso.
Como siempre, servidor de ustedes… Sergio Morales Parra